Buenos Aires
- Taina Gonçalves
- 8 de mar. de 2024
- 1 min de leitura
Atualizado: 20 de mar. de 2024
En las calles de Buenos Aires danza el tango,
un río de pasiones que fluye entre veredas.
En cada esquina, susurra la nostalgia,
historias de amores perdidos y sueños que se extienden.
Bajo el cielo porteño, la ciudad respira,
con aires de melancolía y risas compartidas.
En los cafés bohemios, el mate se comparte,
mientras el tiempo se detiene en la esquina de Gardel.
Las luces parpadean en la avenida Corrientes,
como estrellas urbanas que iluminan el presente.
En cada murmullo de la multitud ruidosa,
se esconde el eco de la poesía que Buenos Aires atesora.
En La Boca, los colores se mezclan como paleta,
un lienzo de emociones que el arte proyecta.
Caminito, testigo de historias inmortales,
donde el arte callejero cobra vida entre sus calles.
En Palermo, el verde de los parques abraza,
un refugio sereno en medio de la agitación.
Y en el Obelisco, la ciudad se alza imponente,
testigo de los anhelos que en sus venas laten.
Buenos Aires, cuna de tango y susurros,
donde el riachuelo canta con tono profundo.
En cada rincón, un poema se revela,
pues en tus calles, Buenos Aires, el alma destila.
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